27 abr 2011

LA VERDAD DEL ELEFANTE

LA VERDAD DEL ELEFANTE
Texto de Martin Baltscheit
Ilustraciones de Christoph Mett
Editorial Lóguez, 2009

Este libro trata de: Científicos, animales
Propuesta de clasificación documental: AZUL/835
Propuesta de signatura topográfica: AZUL/835/BAL/ver

Este álbum es otra adaptación de la leyenda india de los sabios ciegos y el elefante. En esta ocasión los ciegos son cinco y son científicos que después del trabajo tomaban el sol en una terraza cuando algo se lo tapa.
El autor de la narración es Martin Baltscheit (Dusseldorf 1965) de quien recordamos El león que no sabía escribir, ilustrado también por él. En este álbum las ilustraciones son de Christoph Mett (1978).
La cubierta, contracubierta, ilustraciones y el lenguaje utilizado nos trasmiten un ambiente científico. Incluso los científicos tienen nombre y algún objeto peculiar que posiblemente nos esté dando pistas sobre científicos reales. La versión de la leyenda es muy libre y las interpretaciones de los científicos bastante disparatadas y siempre con “razonamientos científicos”. Los lectores son los únicos que van viendo lo que en realidad sucede.
El final queda dudoso, ¿tan poseídos de la verdad se creían que aún diciéndoles la solución el dueño del circo no la ven? ¿O es que no quieren aceptar su equivocación? ¿Querrán el autor y el ilustrador cambiar o añadir a la clásica moraleja de la parcialidad del conocimiento, la pedantería de algunos planteamientos intelectualoides? ¿Reivindicar la sencillez o sentido común del director del circo?
Las ilustraciones son expresivas y disparatadas como los personajes y van dando pistas del argumento, ayudándonos a identificar a los protagonistas. El álbum resulta vistoso y las ilustraciones completan con humor el disparate de las interpretaciones.
Comparando esta versión con la de los Siete ratones ciegos de Ed Young podemos concluir que ésta es más adecuada para los lectores de más edad, con experiencias que permitan la reflexión sobre la historia y desde luego sin las posibilidades que la edición de Ekaré ofrece para los lectores más pequeños.

Mila


La verdad del elefante comparte el mensaje de expresiones como los árboles te impiden ver el bosque o las lágrimas no te dejan ver el cielo. Martin Baltscheit, autor del libro, y Christoph Mett, ilustrador, abordan el mundo filosófico de la búsqueda de la verdad por parte de cinco científicos ciegos, con una envidiable sencillez, ironía y humor. Estos mismos ingredientes sirven a ambos creadores para tratar el tema de la vanidad en El despertador del Sol, título también publicado por la editorial Lóguez.
En un formato 20 X 30 cm. y a través de 32 páginas, la mayoría de fondo sepia, se relata la historia de cinco científicos ciegos que discuten sobre la naturaleza del ser que les quita el sol mientras descansan sentados en una terraza, un apacible día, después de haber hecho importantísimos descubrimientos.
Cada científico ciego se acerca a la entidad desconocida y toca una parte distinta de la misma. La experiencia de cada uno y, por tanto, la deducción es diferente. Al creerse individualmente en posesión de la verdad de su diagnóstico y no considerar las otras posibles verdades, aunque las tengan delante, son incapaces de ver la globalidad, o sea, de identificar al elefante.
Aunque el texto escrito es corto, goza de una variedad de registros muy destacable: desde el coloquial Pues sí, que abre la narración, el registro científico o pseudo-científico de la hipótesis de los doctos señores Aquello que es irradiado por el Sol se calienta, siempre y cuando no sople ningún viento frío o expresiones como Como quiera que eran ciegos…pasando por el poético de científicos ciegos (se juega con el doble sentido), sus negras gafas, o las comparaciones de las partes del elefante y su disposición paralelística.
En resumen, este libro es el producto de dos grandes narradores de sólida formación: Baltscheit estudió Comunicación y Diseño en Essen y Mett, Dibujo y Cine en la Escuela Superior de Münster. La comicidad de las imágenes, la riqueza de planos, la variada tipografía del texto escrito y su riqueza expresiva hacen de esta historia una verdadera delicia para el público infantil y juvenil.

Ana B

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