29 feb 2012

LOS PEQUEÑOS MACABROS

LOS PEQUEÑOS MACABROS
Edward Gorey
Libros del zorro rojo, 2010 

Este libro trata de: Muerte, niños y niñas, humor negro
Propuesta de clasificación documental: BLANCO/835
Propuesta de signatura topográfica: BLANCO/835/GOR/peq
 
Los pequeños macabros o Después de la excursión es un libro de pequeño formato del diseñador e ilustrador norteamericano, nacido en Chicago, Edward Gorey (1925-2000), editado por Libros del zorro rojo en tapa dura. El libro forma parte del tríptico que su autor había publicado en 1963 en su país, y que bajo el título común La fábrica de vinagre: tres tomos de enseñanza moral, recibió el Tercer Premio del Ministerio de Cultura a los Libros Mejor Editados en 2010.  
La ilustración de la portada, que muestra la esbelta figura negra de la muerte con su paraguas abierto y rodeada por los niños, como una macabra Mary Poppins, indica el contenido del libro y sobrecoge. Los niños están en actitud estática, iluminados por una extraña luz amarillenta y con ropas que recuerdan la época victoriana. Parecen posar ante la cámara, que inmortaliza el momento. Todos miran directamente al lector. El color entre verde oliva y sepia elegido para el fondo recuerda las antiguas fotografías. La imagen se complementa con la de la contracubierta. Allí un montón de lápidas se elevan en el espacio que se corresponde en la portada con los niños.
Las guardas negras preparan al lector para las veintiséis páginas ilustradas, una por cada letra del abecedario, con una línea al pie de cada imagen en blanco y negro, que muestran el momento y la causa de la muerte de cada niño o niña, ordenadas alfabéticamente siguiendo la inicial de cada nombre. Cada página asombra por lo inesperado e imaginativo de cada muerte, y también por sus ilustraciones. Todo ello nos recuerda la novela gótica, característica del Romanticismo (La N es de Neville, que murió de hastío), o (La F es de Fanny, vaciada por una sanguijuela). 

Imagen y texto se complementan y proporcionan el desenlace de unas narraciones que el lector desearía conocer desde su inicio, pero que él mismo debe construir. ¿Qué pudo ocurrir anteriormente para que los veintiséis personajes de estas historias tuvieran este final? ¿Por qué razón tuvieron que convertirse en víctimas prematuras? Ahí tenemos la genialidad del autor, capaz de narrar la historia con una única ilustración y una única línea. ¡Cuánto trabajo para la imaginación del lector! ¡Un lector de cualquier edad! Quizás una lectura más asequible para aquellos más familiarizados con obras que aúnen morbosamente la muerte y el humor. Quizás disfruten más aquellos lectores adiestrados en la lectura de los microrrelatos de Monterroso, o que hayan leído los Crímenes ejemplares de Max Aub o que hayan tenido en sus manos Los conejitos suicidas, o uno habituado a las narraciones visuales de Tim Burton, como La novia cadáver, creador en el que también se halla la huella de Edward Gorey, del que se considera discípulo.  
En definitiva, un libro con infinitas posibilidades para trabajar en el aula en la materia de Lengua Castellana, quizás en Halloween o en cualquier otra fecha ¡qué más da! Y un libro  para  disfrutar a solas, en casa, en nuestro sillón favorito, casi en penumbra, permitiendo que esta mezcla de lo macabro y lo inocente nos desasosiegue, nos atrape, casi nos hipnotice y no podamos dejar de pasar las páginas de Los pequeños macabros hasta llegar, a la Z, al final.  
Y para quienes aún no tengan bastante, pueden ver el vídeo con el texto original y subtítulos en español. El tema musical Insomnia, compuesto e interpretado por Jaime Heras es el complemento ideal:


Begoña L

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