17 sept 2012

EL JARDÍN CURIOSO

EL JARDÍN CURIOSO
Peter Brown    
Traducción Mireia Albert Varela
Takatuka, 2010   


Este libro trata de: Crecimiento personal, cuidado, ecología, jardines, naturaleza
Propuesta de clasificación documental: AZUL/835
Propuesta de signatura topográfica: AZUL/835/BRO/jar



       Peter Brown titula a su libro-álbum El jardín curioso. Este adjetivo "curioso” aplicado a un jardín nos lleva a dos de las seis acepciones, según el DRAE: una es que excita curiosidad y otra, limpio y aseado. Al ir leyéndolo, se revela la polisemia de esta palabra en la narración, ya que no se refiere sólo a la “mancha" de flores que descubre por azar Liam, el niño protagonista, y que él cuida y sanea, sino que a este mismo niño lo tilda de “curioso” el narrador. Al final, toda la ciudad será un curioso jardín “limpio y aseado”, fruto del trabajo de sus habitantes convertidos en entusiastas jardineros.  
El relato cuenta la transformación casi milagrosa que experimenta una ciudad industrial deshumanizada (con sus humos, fábricas, tonos grises…) en un lugar alegre, lleno de vida, hecho a medida de personas que viven en armonía con la naturaleza, auténtica protagonista. Esta última lo preside todo pintando de color y esperanza el espacio urbano. La evolución queda bien reflejada en las páginas iniciales y finales de la obra. En las dos primeras aparece un plano general de  la ciudad en tonos apagados (grises y ocres), dominada por el humo de las numerosas chimeneas y con una sola persona, diminuta, en sus calles. Sin embargo en las dos últimas se representa otro plano general de la misma ciudad difícilmente reconocible: es una explosión de colorido y optimismo, con gente disfrutando por sus parques y una vegetación que ha borrado del mapa y transformado las escasas chimeneas existentes.
La imagen predomina sobre las palabras, que sirven para añadir información, pero que se repliegan al encanto de las ilustraciones hechas de dibujos y colores delicados y minuciosos, con variedad de planos y ángulos, que hacen muy agradable la lectura.
Hay mucho de autobiográfico en estas treinta y seis páginas que crea Peter Brown. Licenciado por el Art Center College of Design de Pasadena, California, de pequeño le encantaba explorar los bosques que había cerca de su casa en Nueva Jersey. Siendo adulto se trasladó a vivir a Nueva York y, a veces, echa de menos salir de casa y encontrarse en plena naturaleza. En la parte Oeste de Manhattan hay una antigua vía de ferrocarril elevada, la High Line, cerrada y olvidada en 1980, pero “donde la naturaleza tuvo vía libre para redecorar a sus anchas”, según palabras del autor.
En conclusión, es un libro destinado a un amplio público,  desde Educación Primaria en adelante ya que es sencillo y de múltiples interpretaciones: desde el amor y cuidado a la naturaleza, el valor de las iniciativas y acciones individuales, hasta el concepto de jardín que emana de la conocida frase de Voltaire: “Il faut cultiver notre jardin.”  

Ana B.

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